Esto es lo que funciona si quieres motivar al equipo de tu farmacia.

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Conocer los intereses de los empleados, ubicarlos en funciones afines y hacer seguimiento son las claves para tener una plantilla comprometida con el proyecto.

“Reunirse es el comienzo. Mantenerse juntos es un progreso. Trabajar juntos es el éxito”. Esta cita de Henry Ford se puede aplicar a la perfección en la oficina de farmacia, donde la plantilla de trabajadores tiene que ser un equipo. Encontrar las motivaciones del personal, ubicarlo en los puestos más afines a su perfil y hacer un seguimiento pormenorizado de sus evoluciones son las claves para conseguir tener a la plantilla con las pilas cargadas y remando en la misma dirección. Desirée Ballesteros, gerente de Farma Emoción, explica que cada vez más los titulares de las oficinas de farmacias prestan más atención a la motivación de sus plantillas. “Lo normal es que un titular de una farmacia no tenga formación en recursos humanos y necesite ayuda cuando note que no es capaz de motivar a sus trabajadores. Reflexiona y se dice pues no he sabido gestionar a mi equipo y se pone en manos de profesionales”, indica.

¿Qué te motiva a un empleado? 

En el abordaje de la motivación de una plantilla de una oficina de farmacia, lo primero que hay que hacer es preguntar a cada empleado ¿qué le motiva? “Tenemos que conocer primero que cuáles son las inquietudes y motivaciones de cada trabajador”, explica Ballesteros, mientras que pone de manifiesto que una respuesta muy repetida entre los trabajadores de oficinas de farmacias es ayudar a la gente.

En este sentido, la gerente de Farma Emoción alerta de la desmotivación de vender por vender. “Muchas veces el trabajo en las farmacias es repetitivo y puede llegar a ser monótono, por lo que hay que trabajar e insistir en combinar esa venta con el consejo farmacéutico, para que en cada acción el cliente-paciente se vaya con la sensación de que les hemos ayudado”, especifica.

Ajustar bien los perfiles a las funciones de cada puesto

Una vez que ya se tiene claro qué quieren los trabajadores y qué les motiva, hay que ubicarlos en los puestos más afines para que se desarrollen mejor y fomentar la cooperación. “Hay talentos innatos, pero hay otras áreas que hay que aprender y eso se consigue cooperando todos. La farmacia suele ser un lugar en el que no hay mucho tiempo para la formación interna, por lo que es importante que se ayuden unos a otros para ir creciendo”, expone la experta.

Ese trabajo en equipo y esa coordinación se perciben en la oficina de farmacia de forma notable. “Cuando escuchas a un titular hablar, ya sabes si tiene liderazgo. Si hay un buen ambiente en la farmacia, se percibe al entrar. El responsable cuando entra se siente cómodo y está tranquilo cuando el equipo está bien cohesionado”, asegura.

Seguimiento periódico de las evoluciones

Otra de las claves para mantener el nivel de motivación alto en una farmacia es llevar a cabo un seguimiento periódico. Hay que planificar reuniones grupales e individuales. “Al principio comenzaremos con reuniones cada mes y después las vamos espaciando a seis meses o un año”, aconseja la gerente de Farma Emoción. Eso sí, las reuniones tienen que estar bien estructuradas y planificadas para no perder el tiempo. “Los encuentros ya sean grupales o individuales tienen que ser cortos, alrededor de 15 minutos, y productivos, por lo que hay que preparar bien las citas. También vienen muy bien para trabajadores que están en turnos diferentes y muchas veces no se enteran qué sucede cuando ellos no están”, añade.

Comunicar lo bueno, no solo lo malo

Diego Martínez Aguera, farmacéutico de la Estación de Cartama (Málaga), resalta que una de las claves para tener el equipo motivado es comunicar los aspectos buenos y no solo los errores. “Muchas veces piensas lo trabajador y lo eficiente que es un empleado, pero no se lo dices y, sin embargo, cuando hay algún error si se comunica rápidamente. Cuando empiezas a reconocer la labor de los empleados es un punto de inflexión para que todo marche mucho mejor”, indica este farmacéutico. En su botica hay catorce trabajadores y asegura que, desde que ha implantado técnicas de motivación, el trabajo diario ha mejorado y, en consecuencia, el retorno para su farmacia. Indica, además, que se reúne todos los meses con sus trabajadores para analizar la situación de cada uno y buscar siempre un punto de mejora.

Motivación igual a más participación

Tener una plantilla motivada repercute en trabajadores proactivos. Así lo pone de manifiesto Elia Balsells Turmo, farmacéutica en Hospitalet de Llobregat (Barcelona). “Desde que implantamos programas de motivación notamos que los empleados son mucho más participativos en campañas de consejos de salud o en iniciativas en las redes sociales. Cada uno saca lo mejor que tiene y lo pone a disposición del grupo”, describe Elia Balsells Turmo, que coordina un equipo de nueve personas.

Esta farmacéutica catalana expone que otra de las consecuencias de haber trabajado el aspecto motivacional en su equipo es que el ambiente ha mejorado y se transmite a todos los niveles.

“En cuestión de retorno no nos fijamos tanto en si han aumentado las ventas y sí en que el trato a las personas que entran en la farmacia es mucho mejor”, puntualiza. 

Esta farmacéutica catalana cree que también es fundamental involucrar al trabajador en el negocio desde el punto de vista económico. “Ellos participan en las compras al laboratorio y haciendo gestión por categorías y si las ventas mejoran y se llegan a unos incentivos, los repartimos como beneficios para el trabajador”, apunta Balsells.  Su filosofía es la que defiende que “si la farmacia crece ellos también”. Y añade: “La idea es que no solo sea el titular el que sale beneficiado y que ellos se sientan parte del negocio haciendo que las cosas, si se puede, vayan mejor”.  

El regalo de detectar a un desmotivado

La confianza y la comunicación tienen que ser dos ingredientes fundamentales en la farmacia y son el camino para detectar al empleado desmotivado. “Cuando un trabajador se atreve a decirle al titular que no tiene motivación es un regalo y es que así podemos ayudarle cambiando sus funciones o analizando qué problemas tiene. Comunicar esas debilidades genera un clima de confianza que puede ser muy beneficioso para superar obstáculos y que todos los integrantes del grupo estén cómodos y pueda ir creciendo”, analiza Ballesteros.

El equilibrio entre juventud y experiencia

La edad de los trabajadores de una plantilla de una farmacia ofrece muchas pistas de cómo es el sentir de esa oficina y Ballesteros apuesta por equilibrar el empuje de la gente joven con la experiencia y el conocimiento de lo más veteranos. “Hay que unir ese aire fresco de los jóvenes farmacéuticos, muy ligados a la tecnología, con los que llevan muchos años, que son un punto fuerte en el consejo farmacéutico y tienen una voz autorizada desde la experiencia”, recomienda.

Por último, defiende que la motivación del personal también es clave para evitar la fuga de talento por la frustración. “En un sector como el de la farmacia en el que hay tanta competencia, es muy fácil que un trabajador con talento y que esté desmotivado se marche a otra oficina y allí explote sus cualidades. Por eso es importante saber detectar los problemas y ayudar a que cada empleado saque su mejor cara en nuestra oficina de farmacia”, concluye.

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