La comunicación dentro de los equipos de la farmacia cada vez está cobrando mayor importancia. Y es que, para conseguir resultados excelentes, lo mejor es que todos los miembros del equipo pongan en común el trabajo de cómo debe ser su comunicación, tanto a nivel individual como colectivo.

La comunicación facilita las relaciones entre todas las personas. No sólo se trata de hablar, escribir o leer, sino que es mucho más que eso: la comunicación consiste en saber escuchar, saber entender lo que se dice y, por último, pero no menos importante, saber entender lo que percibimos o sentimos hacia la otra persona.

Las farmacias están evolucionando cada vez más rápido, nos dirigimos hacía una farmacia del futuro, donde lo importante es aportar un valor asistencial a cada uno de los pacientes que entran en ella. Los equipos que no consigan dominar la comunicación acabarán agotados y estresados, por lo que no conseguirán los objetivos que necesitan para ser la farmacia asistencial que necesitan los pacientes.

En las farmacias continuamente se trabaja la comunicación para con seguir: buena organización, objetivos comunes, formación interna, ventas, campañas, servicios, etc.… Por ello, tener buenas dotes comunicativas se hace imprescindible para conseguir y desarrollar nuestra labor farmacéutica, pero, ¿Qué pasa con la comunicación cuando no se trabaja de manera conjunta?

Hay equipos donde apenas hay comunicación, y podréis pensar: “Pero si en mi farmacia estamos hablando todo el día…”. Sí, el problema es que hablar no significa entender, cada persona estructura su pensamiento de diferente manera y hay muchas veces que la comunicación se queda solo en una interpretación, donde seguramente nos podemos equivocar. Y, al no saber enfrentar esta aclaración, siempre nos quedamos con el miedo a preguntar o a dejarlo tal y como está. Es entonces cuando entramos en el: “Creo que…,” “Pienso que…”, y desde ahí tan solo se queda en una percepción donde puede haber otra realidad. En definitiva, interpretar lo que la otra persona hace o piensa es agotador.

¿Por qué trabajar la comunicación da excelentes resultados?

“Cuando hay mala comunicación, suelen haber malos resultados”

Una buena comunicación entre el equipo de profesionales es esencial para generar un entorno que impulse un rendimiento excelente. De las 22.103 farmacias que hay en todo nuestro territorio nacional, hay pequeños y grandes equipos, no importa el número, pero si la comunicación no es constructiva al final se vuelve destructiva, y se instala la queja y el miedo a hablar. Un equipo donde hay quejas nunca logrará avanzar, y un equipo que tiene miedo a hablar, jamás tendrá confianza.

Las dos características principales que un equipo debe tener son: COMUNICACIÓN y CONFIANZA.

Trabajar la confianza entre todos los miembros del equipo es la base para empezar a mejorar la comunicación.

Lo primero que debemos hacer es identificar entre todos aquello que nos está bloqueando: hay que identificar el hábito que se ha generado dentro del equipo, qué es lo que está
sucediendo. Tan solo habrá cambio cuando todos los miembros del equipo decidan trabajar su comunicación y pensar qué es lo que pueden hacer para salir de esa situación.

¿Cómo debe de ser la comunicación dentro de los equipos de farmacéuticos?

Los equipos que se comunican desde la confianza desarrollan un lenguaje común y hacen posible el intercambio de puntos de vista, lo que mejora la calidad de las decisiones. Trabajar como base la confianza, la empatía y el respeto por los compañeros hace que se generen equipos de trabajo con objetivos comunes.

Saber relacionarnos mejor, tanto con nuestros compañeros como con nuestros superiores, aumenta nuestro bienestar, a la vez que favorece un mejor ambiente de trabajo. Así, nuestro desempeño y productividad laboral también se verá beneficiado.

Hay tres herramientas que nos ayudan a trabajar estas áreas:

• El feedback constructivo (técnicas de Programación Neurolingüística, Reunión efectiva)
• Mimarse (Técnica del M.I.M.O)
• Objetivos comunes (Áreas a mejorar)

Aprender para mejorar.

Tener una actitud abierta hacia el aprendizaje es imprescindible, ya que tener experiencias diferentes es enriquecedor, estimula nuestro cerebro, nos mantiene activos y nos da más recursos a la hora de afrontar otros retos o cambios. Aparentemente todo son ventajas, así que deberíamos pasarnos la vida experimentando, curioseando y aprendiendo, en definitiva, saliendo de nuestra zona de confort.

Lo que debemos tener en cuenta es que no todas las personas somos iguales y no debemos dar por hecho que pasamos por todas estas etapas de aprendizaje de la misma manera. Cada uno tendrá un ritmo distinto para unas destrezas y conocimientos diferentes. La mayor parte de las personas abandona su aprendizaje en la segunda o tercera etapa, puesto que son las que más esfuerzo conllevan, pero, sin embargo, en estos puntos los avances aún no son palpables.

Os dejo el enlace directo a la revista de este mes para que podáis leerle y ver el articulo.